Para todo el pueblo ecuatoriano,
Presente,
Mi nombre es Jauneka Ushigua, vengo de la comunidad sápara de Llanchamacocha ubicada en la Provincia de Pastaza, en el interior de la selva amazónica. Para llegar aquí, con mi hijo de cinco años y mi esposo, tuvimos que esperar durante tres días que haya pequeños espacios en avionetas, sino serían tres días de caminata por el interior de la selva para llegar al Puyo.
Yo estoy aquí en Quito para defender mi territorio, que este gobierno quiere explotar en petróleo. No vamos a permitir. Como mujeres tenemos derecho de que el gobierno nos respete. Los sápara somos declarados Patrimonio de la Humanidad en el año 2001, y lo que dice de eso la UNESCO es que el estado debe “adoptar las medidas necesarias para garantizar la salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial presente en su territorio” (Texto de la convención para la salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, vigente desde octubre del 2003).
Para nosotros la cultura es la misma cosa que el territorio, porque nuestros conocimientos dependen la naturaleza. Si nuestro territorio se contamina, se pierde nuestra cultura, nuestras medicinas y nuestros espíritus de la naturaleza, todo se pierde.
Para nosotros no es igual la idea de desarrollo que la que tiene este gobierno. El gobierno quiere decir que nosotros somos pobres porque nos ve caminando llucho pie, pero nosotros no somos pobres. En nuestro territorio tenemos todo lo que necesitamos para vivir y también somos capaces de organizarnos para desarrollarnos como pueblo y ayudar a los demás pueblos. Nosotros tenemos capacidad para progresar y asegurar el futuro de nuestros hijos, no necesitamos del petróleo para desarrollarnos. Todo lo que hemos logrado, la escuela, la pista, el proyecto eco turístico, ha sido gestión propia nuestra de hombres y mujeres, y de nuestras organizaciones que ahora el gobierno quiere acabar, más bien hemos recibido apoyo externo.
Los pueblos de la Amazonía protegen el patrimonio de todos. Si el gobierno ataca esos territorios, ataca el patrimonio del mundo.
El gobierno quiere ponernos en contra como pueblos indígenas. Si el se preocupa de nosotros, primero debería asegurar que vivamos en paz y no hacernos pelear entre nosotros. En las protestas ha habido maltrato a las mujeres y los niños. Mi hijo de cinco años casi se asfixia por las bombas lacrimógenas en el Puyo y a eso llaman el Buen Vivir.
Pero como mujeres no tenemos miedo. Nuestra lucha es muy justa y muy digna porque salimos a proteger el futuro de nuestros hijos y no una “protesta sin sentido” como quiere hacer ver el gobierno. Por eso nos solidarizamos con la lucha de todos los pueblos que buscan proteger su territorio y todos los movimientos sociales que luchan por. El agua, la tierra, las plantas y los animales no son sólo para nosotros, son para todo el mundo. Y cuando un poder es prepotente y no quiere escuchar nosotros no vamos a permitir que nos callen.
Invitamos a las mujeres quiteñas que nos apoyen y nos acompañen en esta lucha.
Jauneka Ushigua, comunidad sápara de Llanchamacocha, Pastaza, provincia Amazónica